Antonio
Jesús Ruiz
Secretario General Partido Andalucista
Soy
militante del Partido Andalucista desde que llegué a la mayoría edad,
convencido de que la política es el cauce para cambiar nuestra sociedad. A lo
largo de estos años he participado en diferentes Ejecutivas Nacionales de mi
partido, y ahora, tengo la responsabilidad de liderar el proyecto andalucista,
junto a un equipo de hombres y mujeres que creen y aman a Andalucía.
Soy
político, pero al igual que a usted, los casos Bárcenas, EREs, Pullerols, Amy
Martin, Malaya…, me provocan una enorme decepción y rechazo. La corrupción es a
la política como el fuel a las aguas cristalinas. Su estela, por mucho que los
corruptos se afanen en lo contrario, acaba saliendo a la superficie. Está usted
indignado, pues yo también. La opinión pública se estremece cuando aparecen
indicios de un caso nuevo y pedimos que caiga todo el peso de la ley.
Por
supuesto, hay que exigir que quien se haya enriquecido o beneficiado de su
cargo, devuelva hasta el último céntimo. Sentencias ejemplares y asunción de
responsabilidades políticas, nada de medias tintas. El “corrupto” debe saber
que no hay ni impunidad, ni tolerancia, ni consideraciones que valgan. Quiero
recordar que la corrupción perpetrada desde un escaño trae consigo un efecto
secundario que acaba siendo muy difícil de dirigir: la triste “creencia” de que
todos somos iguales, que estamos movidos por los mismos hilos.
Me siento en
la obligación de hacer hincapié en que ése uno de los peores daños que se le
puede hacer a la Democracia. Somos muchas las personas que participamos de un
proyecto político y que a diario cumplimos con nuestras responsabilidades y
obligaciones como servidores públicos. Gente que no tiene en su cabeza otra
idea que no sea buscar iniciativas y proyectos que mejoren la situación
colectiva, nada que ver con hacer la vista gorda o favorecer a una clase o
casta. Defiendo la política desde la honradez y la integridad.
Ante un
pasado-presente que no se puede borrar, estamos a tiempo de activar más
mecanismos de control para evitar casos futuros. Con investigaciones que están
marcha, y con el principio de presunción de inocencia que impera en un Estado
de Derecho como el nuestro, tenemos que confiar en que la Justicia ponga a cada
cual en su sitio.
Después, que lo hagan las urnas.
Después, que lo hagan las urnas.