Mucho se ha tenido que esforzar la ejecutiva socialista de El Campillo durante los meses anteriores a la campaña electoral para intentar trasmitir una imagen moderada y de serenidad ante los campilleros/as, aunque al final no les ha servido de nada a la vista de los acontecimientos en los que se están viendo envueltos en las últimas semanas.
Ya durante la jornada electoral del pasado 22 de Mayo el nerviosismo se fue poco a poco apoderando de algunos de los integrantes de la candidatura socialista, que no pudiendo contenerse, sacaron a la luz su lado menos amable mostrando su verdadera cara. Pero ahí no quedó la cosa, el episodio más vergonzoso y el espectáculo más lamentable lo ofrecieron durante el Pleno de Constitución de la nueva Corporación Municipal, con un comportamiento propio de hooligan y con una clara falta de respeto hacia las instituciones democráticas, vertieron insultos e incluso increparon tanto al Alcalde como al resto de Concejales tanto de PA como del PP, eso si, por la espalda como auténticos cobardes aprovechándose del anonimato y el amparo que ofrece la multitud.
En esta misma línea, uno de los concejales socialista con un discurso provocador publicado en su página web, vierte descalificaciones personales e insultos sobre la figura del Alcalde Andalucista de El Campillo, Francisco Cuaresma y sobre el resto de los miembros de Partido Andalucista. También haciendo uso de las redes sociales están continuamente intoxicando la vida pública de El Campillo, poniendo de manifiesto la estrategia diseñada desde sede socialista de continuar con la campaña de desprestigio y desgaste contra quienes consideran que somos sus “enemigos” y no sus adversarios políticos, porque con sus actuaciones demuestran que piensan que “o estas con ellos o contra ellos”.
Con este tipo de actitudes los socialistas de El Campillo se quitan la careta y muestran su verdadero rostro, el de la intransigencia, la intolerancia y el fanatismo político hacia unas siglas queriendo provocar la ruptura de la paz social alentando a las bases socialistas contra quienes no piensan igual que ellos.
Desde el Partido Andalucista pensamos que el PSOE local se está equivocando y está cometiendo la torpeza de intentar enfrentar a los campilleros/as utilizando el arcaico argumento de las ideologías, solo por intentar obtener algún tipo de beneficio, cuando la realidad es muy diferente a la que ellos pretenden transmitir, porque en política como en el resto de aspecto de la vida, las cosas no son siempre blancas o negras, existen muchas variedades de grises, hay muchos matices, e intentando simplificar las cosas pretenden confundir a la opinión pública, repitiendo una y otra vez las mismas mentiras hasta que estas calen y se tomen como verdad.
Además, los andalucistas consideramos que por encima de los intereses personales y partidistas está la defensa del interés general de los vecinos/as de El Campillo y los animamos a arrimar el hombro y a trabajar codo con codo, desde la oposición, para sacar a El Campillo de la delicada situación socio-económica en la que se encuentra y a no utilizar su posición para poner piedras en el camino y la zancadilla a un Equipo de Gobierno que pretende devolver la ilusión y la esperanza de un futuro mejor a los campilleros/as.
Ya durante la jornada electoral del pasado 22 de Mayo el nerviosismo se fue poco a poco apoderando de algunos de los integrantes de la candidatura socialista, que no pudiendo contenerse, sacaron a la luz su lado menos amable mostrando su verdadera cara. Pero ahí no quedó la cosa, el episodio más vergonzoso y el espectáculo más lamentable lo ofrecieron durante el Pleno de Constitución de la nueva Corporación Municipal, con un comportamiento propio de hooligan y con una clara falta de respeto hacia las instituciones democráticas, vertieron insultos e incluso increparon tanto al Alcalde como al resto de Concejales tanto de PA como del PP, eso si, por la espalda como auténticos cobardes aprovechándose del anonimato y el amparo que ofrece la multitud.
En esta misma línea, uno de los concejales socialista con un discurso provocador publicado en su página web, vierte descalificaciones personales e insultos sobre la figura del Alcalde Andalucista de El Campillo, Francisco Cuaresma y sobre el resto de los miembros de Partido Andalucista. También haciendo uso de las redes sociales están continuamente intoxicando la vida pública de El Campillo, poniendo de manifiesto la estrategia diseñada desde sede socialista de continuar con la campaña de desprestigio y desgaste contra quienes consideran que somos sus “enemigos” y no sus adversarios políticos, porque con sus actuaciones demuestran que piensan que “o estas con ellos o contra ellos”.
Con este tipo de actitudes los socialistas de El Campillo se quitan la careta y muestran su verdadero rostro, el de la intransigencia, la intolerancia y el fanatismo político hacia unas siglas queriendo provocar la ruptura de la paz social alentando a las bases socialistas contra quienes no piensan igual que ellos.
Desde el Partido Andalucista pensamos que el PSOE local se está equivocando y está cometiendo la torpeza de intentar enfrentar a los campilleros/as utilizando el arcaico argumento de las ideologías, solo por intentar obtener algún tipo de beneficio, cuando la realidad es muy diferente a la que ellos pretenden transmitir, porque en política como en el resto de aspecto de la vida, las cosas no son siempre blancas o negras, existen muchas variedades de grises, hay muchos matices, e intentando simplificar las cosas pretenden confundir a la opinión pública, repitiendo una y otra vez las mismas mentiras hasta que estas calen y se tomen como verdad.
Además, los andalucistas consideramos que por encima de los intereses personales y partidistas está la defensa del interés general de los vecinos/as de El Campillo y los animamos a arrimar el hombro y a trabajar codo con codo, desde la oposición, para sacar a El Campillo de la delicada situación socio-económica en la que se encuentra y a no utilizar su posición para poner piedras en el camino y la zancadilla a un Equipo de Gobierno que pretende devolver la ilusión y la esperanza de un futuro mejor a los campilleros/as.
