Cuando faltan pocos días para el aniversario del asesinato de Blas Infante, el andalucismo está más de moda que nunca. Poco más que morir está renaciendo. Ya no sólo hablan de andalucismo los de siempre, los andalucistas. Sino que ahora, el PSOE es más andalucista que nunca, incluso rozando la desfachatez nos encontramos a los del PP que también hablan de andalucismo.
Ha sido propio de una película de Buñuel, surrealismo en estado puro, el escuchar a Leire Pajin Iraola citas de Blas Infante en su discurso en el último congreso andaluz del PSOE. Leire Pajin, natural de San Sebastián, por consiguiente vasca, pero residente en Benidorm desde muy pequeña y diputada por Alicante desde el año 2000, poco tiene que ver con Andalucía y mucho me temo que lo único que ha leído de Blas Infante fueron las pocas citas de su discurso. Pero últimamente, queda muy bonito introducir a medio discurso algunas de las infinitas citas de nuestro Blas. Si Leire supiera realmente a quien cita, pero mucho me temo que esta señorita es otras de esas chicas que a base de subvenciones han convertido su militancia en una forma de vida oscura, son de esa nueva casta de políticas de portada del Vogue, eso sí feministas, pero de Vogue.
Blas Infante fue un andaluz, un hombre normal, pero importante, ya que luchó toda su vida por sus ideales, por el ideal andaluz, el cual no creo que ninguno de estos políticos del régimen chapista andaluz hayan leído, ni siquiera hayan pensado en leerlo. Está claro que más bien por sus creencias andalucistas, el hecho de que todos los partidos intenten apropiarse de estas ideas no es más que una turbia estrategia para acabar con el andalucismo histórico. Acabar con el partido es fácil, pero acabar con unas ideas es más complicado, siempre estarán. Porque siempre habrá andaluces que lucharán toda su vida por estas ideas, bajo unas siglas u otras, da lo mismo. Estos nuevos señoritos importados se asombrarían si supieran que Blas Infante no quiso nunca crear un partido andaluz, sino que su principal fin era que el andalucismo estuviera presente en todas aquellas formaciones políticas activas en suelo andaluz. Y mira por donde, parece que se está consiguiendo.
Blas Infante fue un ejemplo para todos los andaluces y muchos seguimos, estudiamos y divulgamos su ideal, porque sólo así conseguiremos el fin. Cada vez que citan a Blas Infante están haciendo un gran favor al andalucismo, propagando con su poderosa maquinaria el pensamiento de un hombre normal, andaluz e imprescindible para crear conciencia andaluza.
Ángel C. Gómez de la Torre